El consumo de gas
natural de Bolivia aumentó en 10 por ciento durante el primer semestre de este
año en relación a similar periodo de 2022. Este incremento permitió a
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) facturar un monto de 101
millones de dólares.
Sin embargo, analistas en hidrocarburos consideran que este incremento refleja
el crecimiento de la demanda interna para la generación de electricidad en
termoeléctricas y que, ante la caída de la producción, es posible que a mediano
plazo el país tenga que importar una parte del gas que requiere el mercado
interno.
Según YPFB, los volúmenes comercializados en el mercado interno permitieron
cubrir la demanda de los sectores de generación térmica para los sistemas
eléctricos, residencial, comercial, industrial, transporte vehicular,
consumidores directos, las plantas de separación de líquidos, el complejo
petroquímico de Amoniaco y Urea, GNL y otros.
Sin embargo, el analista en hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl
Velásquez, afirmó que el mercado interno reporta un constante crecimiento desde
el año 2007.
“Si el mercado interno sigue creciendo al ritmo que lo está haciendo y la producción
sigue cayendo al ritmo que lo está haciendo, vamos a llegar a un momento
crítico en el que no vamos a tener el suficiente gas para abastecer todo el
mercado interno”, explicó Velásquez.
Agregó que, en ese escenario, y a mediano y largo plazo, Bolivia tendrá la
necesidad de importar por lo menos una porción del gas natural que consume.
Por su parte, el analista en hidrocarburos Álvaro Ríos afirmó que el principal
demandante de gas natural en el mercado interno son las plantas
termoeléctricas, pues el consumo en los domicilios y los vehículos no tienen un
considerable impacto.
Según el analista, las industrias deben ir disminuyendo su demanda de gas
natural, dado que está prohibida la autogeneración eléctrica tras una medida
adoptada por el Gobierno el año pasado.
Según datos de YPFB, publicados por la Secretaría de Desarrollo Económico de la
Gobernación de Santa Cruz, la producción de gas natural en Bolivia alcanzó un
promedio de 35,83 millones de metros cúbicos día (MMm3d) durante el mes de
junio de 2023.
De ese volumen, el mercado interno acapara el 37 por ciento, con una demanda de
13,67 MMm3d. El mercado argentino cubre el 26 por ciento, con 8,50 MMm3d. Los
envíos a Brasil representan el 37 por ciento de la producción, con 13,64 MMm3d.
Por su parte, el analista en hidrocarburos José Padilla afirmó que el perfil
del sector hidrocarburos es preocupante porque no hay incentivos a la inversión
privada, de modo que no se pude incrementar las reservas.
“El país necesita entre 10.000 y 8.500
millones de dólares para reactivar la parte de hidrocarburos y esa billetera no
la tiene YPFB”, explicó Padilla.
YPFB ha emprendido un plan estratégico
que abarca tanto áreas tradicionales como no tradicionales. El Sub Andino Sur,
donde se han planificado y evaluado pozos desde finales de 2020, se considera
una zona con oportunidades para encontrar hidrocarburos. Además, el plan
incluye la exploración en áreas no tradicionales como el Subandino Norte y
Madre de Dios, ubicadas en los departamentos de La Paz, Beni y Pando.
El Plan de Reactivación del Upstream
(PRU) 2021-2025 de YPFB tiene como objetivo estabilizar la producción de gas en
30 millones de metros cúbicos día (MMmcd) a corto plazo, con miras a satisfacer
la demanda interna y mantener los mercados de exportación. Además, se busca
incrementar la producción de petróleo a 15.000 barriles por día hasta el
próximo año.
Para abordar la declinación en campos
localizados en áreas tradicionales y recuperar el tiempo perdido entre 2016 y
2020, el plan también contempla proyectos exploratorios en las nuevas cuencas
del Subandino Norte y Madre de Dios. Estas acciones buscan descubrir alrededor
de 5 trillones de pies cúbicos (TCF) de reservas adicionales de gas.
La inversión y el interés de empresas
internacionales como Canacol, YPF y Vintage son un indicio positivo para el
sector de hidrocarburos en Bolivia. Además de fortalecer la capacidad de
exploración y producción, esta colaboración puede contribuir al desarrollo
económico del país y a la seguridad energética a largo plazo.
No obstante, el gobierno no está
centrando sus esfuerzos únicamente en la explotación de hidrocarburos. El país
está avanzando hacia una transformación energética significativa mediante la
implementación de proyectos que fomentan el uso de fuentes de energía renovable
y reducen el consumo de gas natural. Esta transición es liderada por el sector
eléctrico; el proyecto Hidroeléctrico Ivirizu, impulsado por Ende Corporación, tiene
el potencial de generar alrededor de 1,160.89 GWh al año. Esta generación
permitirá reemplazar la generación termoeléctrica, liberando el consumo interno
de gas natural. Esta estrategia no solo contribuye a la sostenibilidad
ambiental, sino que también aumenta la disponibilidad de gas para su
comercialización en los mercados internacionales. Así también el Proyecto
Hidroeléctrico Miguillas que a su conclusión aumentará la capacidad del sistema
eléctrico nacional, sumando 203 MW adicionales. Esto no solo reduce la
dependencia de las termoeléctricas, sino que también permite un mayor ahorro de
consumo de gas natural.
Además, la Empresa Nacional de
Electricidad y sus filiales juegan un papel crucial hacia las energías renovables.
A través de proyectos fotovoltaicos y eólicos, se espera agregar al menos 310
MW de potencia al sistema en los próximos años. Este avance marca un hito
importante en la estrategia de diversificación energética del país.
Aunque el sector se enfrenta a desafíos,
está adoptando un enfoque integral y sostenible para su desarrollo energético.
La reducción planificada en el consumo interno de gas natural, en beneficio de
la exportación, y el aumento de la capacidad de generación eléctrica mediante
fuentes renovables, demuestran su compromiso con la seguridad energética y la
sostenibilidad ambiental.
Esta iniciativa no solo impacta
positivamente en la seguridad energética de Bolivia, sino que también
contribuye al ahorro y la maximización de recursos. La reducción planificada en
el consumo interno de gas natural en beneficio de la exportación, así como el
aumento de la capacidad de generación eléctrica mediante fuentes renovables,
representan un enfoque integral y sostenible para el desarrollo energético del
país.
La medida adoptada por el gobierno
contra la autogeneración de energía con gas natural en las termoeléctricas
demuestra una visión estratégica y necesaria. Esta medida busca salvaguardar
los intereses nacionales, ya que el aumento desmedido de esta práctica podría
poner en riesgo nuestras exportaciones. A pesar de contar con un precio
subsidiado de electricidad, algunas industrias han estado aprovechando un doble
subsidio gracias al precio preferencial del gas natural para uso industrial,
sin que este beneficio se traduzca en una disminución de los costos en los
hogares. (Noticia Enmendada, Fuentes: Los Tiempos/Agencia Boliviana de Información/YPFB/Ende)