La matriz energética salvadoreña se ha diversificado en los últimos
años. Desde 2022 incorporó energías de transición como el gas natural y está
considerando otras alternativas como la energía nuclear.
La matriz
energética que posee hoy El Salvador es por mucho, muy distinta de la que tenía
hace 15 años. Con la llegada de nuevas inversiones y la diversificación de
compañías ya establecidas en el territorio nacional, el abanico de fuentes de
energía se ha diversificado con rapidez, lo que también ha obligado a reforzar
todo un esquema de transmisión de energía a nivel nacional e internacional.
Según el
informe anual de la Unidad de Transacciones (UT), al cierre de 2023 un total de
31 participantes del mercado eléctrico inyectaron 7,387.8 Gigavatios hora
(GWh), provenientes de al menos 7 fuentes de energía: hídrico, geotérmico,
solar, eólico, biomasa, térmico y gas natural.
Este último
recurso se incorporó a la matriz hace apenas dos años, convirtiéndose
rápidamente en el mayor generador, con el 32.1% de participación, aportando
incluso mucho más que la energía geotérmica o la hidroeléctrica.
Y son las
fuentes renovables las que siguen ganando terreno. En lo que va del año, el
59.4% de la energía inyectada provino de fuentes renovables como la eólica,
solar, biomasa, hídrica y geotérmica.
Mario
López, analista de Negocios Energéticos de DELSUR, explicó que la evolución de
la matriz energética salvadoreña es el resultado de la entrada en operación de
los proyectos que fueron adjudicados en los diversos procesos de licitación que
se desarrollaron entre 2013 y 2018, y que surgieron a partir de los objetivos
establecidos en la política energética del país.
DELSUR fue,
de hecho, la empresa distribuidora que, en representación del resto de
distribuidoras, lideró la licitación para la adjudicación de 355 MW para ser
generados con gas natural y que resultó posteriormente en la aprobación de la
planta de gas natural, Energía del Pacífico.
La compañía
también ha acompañado otros procesos de licitación de proyectos fotovoltaicos.
Otra de las
razones que ha influido en una matriz más diversificada es, según López, el
incremento de proyectos de generación que se han conectado en las redes de
distribución durante los últimos cinco años, proyectos que se han implementado
para el autoabastecer el consumo del usuario residencial o industrial.
En 2017, la
generación de energía fotovoltaica apenas tenía una representación del 1.45 %
en la matriz energética, pero a julio de este año, esta generación representaba
el 7.21%.
Solo AES,
la empresa distribuidora de energía más grande del país, tiene 15 plantas
solares que generan 138 MW de energía, pero en total son 80 plantas solares
conectadas a la red de distribución de sus cuatro empresas (CAESS, CLESA, EEO y
DEUSEM) que generan 248 MW.
Y Abraham
Bichara, presidente de esta distribuidora, aseguró que el número se queda corto
pues hay gran cantidad de paneles solares distribuidos en empresas y viviendas
particulares que no están incluidos dentro del registro oficial de generación
solar.
En el XI
Congreso Regional de Energía COREN 2024 organizado por la Asociación
Salvadoreña de Industriales (ASI), los participantes destacaron una matriz
energética diversa, que se complementa entre sí.
“La
diversificación de la matriz energética ha sido favorable. Todas las fuentes de
energía se complementan, pero vemos que va a continuar expandiéndose
paulatinamente la energía fotovoltaica, que sigue teniendo bastante potencial.
Es positivo que incremente el parque de renovables porque favorece al país”,
señaló Javier González, gerente de energía de la ASI.
Paolo
Cartagena, gerente general de Neoen, una de las empresas pioneras en la
construcción de parques solares, destaca que el mercado eléctrico salvadoreño
se ha desarrollado y presenta condiciones para la atracción de inversiones.
“Nuestro
mercado es transparente y abierto a la competencia, atributos que no debemos de
menospreciar. La estructura del mercado actual contribuye a la confianza en que
las inversiones tendrán certeza, un componente fundamental para que los
usuarios tengamos precios competitivos en el largo plazo”, aseguró.
Nuevas
inversiones
Y en los
próximos años, la tendencia será seguir diversificando la matriz, a través de
nuevas inversiones e incluso, fuentes de energía no convencionales, como la
energía nuclear, de la que el gobierno ha mencionado su interés por el uso
pacífico de esta alternativa.
“Este es un
sector muy dinámico. Hay nuevas inversiones y creemos que va a seguir creciendo
en los próximos años”, afirmó Jorge Arriaza, presidente de la ASI, durante la
inauguración del COREN 2024.
Según el
empresario, se prevé que en los próximos años el país atraiga inversiones en
energía por más de $3,000 millones, especialmente en renovables.
“Eso hace
que tengamos una matriz muy diversificada y que no corramos riesgos como otros
países de la región donde han habido amenazas de racionamiento. Eso no ha
pasado en El Salvador”, detalló.
Arriaza se
refirió en particular, a Costa Rica, que pese a generar el 100% de su energía
de fuentes renovables, estuvo a punto de racionar la energía debido a la sequía
que enfrentó la región en mayo.
La
incorporación de la planta de gas natural que El Salvador tiene desde 2022 ha
sido un eslabón importante en la diversificación de esta matriz, desde el
inicio de sus operaciones, aportó más del 23% de la matriz energética nacional,
desplazando por primera vez la dependencia de la energía térmica a base de
búnker, que en época de sequía incrementaba su generación en más del 30% y
disparaba el precio de la tarifa eléctrica para el consumidor.
Para Mario
López, analista de la empresa DELSUR, “el inicio de operación de la planta de
gas natural marcó un antes y un después en nuestra matriz energética,
desplazando en gran medida la generación térmica en base a diésel y fuel oil
por gas natural y transformando al país de un comprador o importador de energía
a un país exportador en el Mercado Eléctrico Regional”, señaló. (La Prensa
Gráfica – El Salvador)