La capacidad instalada de energía es el doble de lo que el país ha
llegado a demandar en sus horas pico. Las empresas le apuestan a aumentar la
inversión en fuentes limpias para los próximos años.
Si hay algo
por lo que El Salvador no podría preocuparse hoy en día es por tener poca
energía para abastecer su demanda local. Pese a que el cambio climático ha
reducido los embalses para producir energía hidroeléctrica, el país cuenta con
suficiente capacidad instalada y una matriz energética diversa que puede
responder a la demanda de su población.
Según los
datos de la Unidad de Transacciones (UT), el parque energético al cierre de
2022 fue de 2,251.8 megavatios (MW), una oferta en la que predomina la
generación hidroeléctrica.
Mientras
tanto, el pico máximo de energía (demanda máxima de potencia) que su población
ha utilizado a una determinada hora ha sido de 1,131 MW en julio, una cifra
récord relacionada con la ola de calor y la por la venta (exportación) de
energía que hizo El Salvador a los demás países vecinos.
Su
potencial es aún mayor para los próximos años, pues de acuerdo al informe de
Planeamiento Operativo del Ente Operador Regional (EOR), solo El Salvador ha
sumado 194 MW más en el primer semestre de 2023 y para lo que resta del año, se
esperan otros proyectos energéticos que sumen 52 MW.
La mayoría
de estos proyectos son fotovoltaicos, algunos liderados por empresas como AES,
que en este 2023 completará una inversión de $55 millones en proyectos de
generación de energía.
"En El
Salvador sí tenemos suficiente generación. La matriz energética está bastante
diversificada y el parque de generación prácticamente duplica la demanda del
país. Tenemos el doble de la capacidad instalada de lo que necesita el mercado
por lo que si eventualmente disminuye la generación hidroeléctrica, hay fuentes
para salir adelante", afirmó Abraham Bichara, presidente ejecutivo de AES.
Una de sus
más recientes inversiones ha sido la planta solar ubicada en Meanguera del
Golfo, un proyecto de $5.5 millones que además de incorporar 1.3 MW de energía,
también adiciona baterías que garantizarán el almacenamiento de la energía aun
cuando no haya luz solar.
Actualmente,
El Salvador combina al menos siete fuentes de energía que abastecen a todo el
país y son en su conjunto, las energías renovables las que están aumentando su
capacidad para garantizar un suministro más limpio, eficiente y comprometido
con la transición energética a nivel mundial.
Al cierre
de 2022, las fuentes renovables eran mayoría en la generación de energía, con
una participación del 78% mientras que la generación térmica (incluyendo las
inyecciones de nueva planta de gas natural de Energía del Pacífico) fueron de
21.7%. Los datos se han modificado en 2023 debido a las pocas lluvias que han
reducido los embalses hidroeléctricos y provocado un aumento de la energía
térmica. Según los expertos, este es considerado un año atípico por la llegada
del fenómeno de El Niño.
Debido a
eso, a julio de este año, la generación de energía renovable ha sido de 44.17%,
mientras que la térmica ha crecido a 55.8%.
No obstante,
al ver en retrospectiva algunas fuentes de energía renovable, los avances son
positivos.
La energía
solar, por ejemplo, es una de las que más ha crecido pues en junio de 2018 esta
generación apenas representaba 1.72% de la matriz energética, pero a julio
2023, ya representaba el 7.56%; y representa un 2.74% de la matriz.
Además, la
incorporación de la nueva planta de gas natural, Energía del Pacífico, también
ha incrementado la capacidad energética del país. Solo esta empresa ha agregado
al parque un total de 380 MW de potencia firme y energía asociada, lo que
representa el 15% de la capacidad instalada. Según la compañía, de enero a
julio, ha aportado el 37% de la demanda nacional, con una generación de 1,500
GWh.
Este
recurso, aunque sigue siendo derivado del petróleo, se considera una de las
fuentes térmicas menos contaminante, por lo que se le llama "fuente de
transición".
Desde el
sector público, aún se está a la espera de que inicie la operación comercial de
la Presa 3 de febrero (El Chaparral), que generará 67 MW y según el secretario
ejecutivo del Comité Directivo del Mercado Eléctrico Regional (CDMER), Edgardo
Calderón, El Salvador incorporará 30 megavatios (MW) de energía geotérmica en
los próximos tres años.
Otras
compañías como DelSur también tienen proyecciones de inversión de $100 millones
para el próximo quinquenio, centrándose en reforzar todos sus sistemas de
distribución en áreas como La Libertad, donde están viendo un incremento
turístico y por lo tanto, una mayor demanda de energía.
Mercado
regional fuerte
Otra de las
cartas a favor de El Salvador para garantizar la energía ha sido su
participación en el Mercado Eléctrico Regional (MER), donde opera el Sistema de
Interconexión Eléctrica (SIEPAC), que funciona desde 2013 y permite la compra y
venta de energía a partir de la demanda.
Según el
informe anual de la Unidad de Transacciones, al cierre de 2022 el país importó
706 Gigavatios (GWh) y exportó 338 GWh, operaciones que le ayudaron a tener
disponible energía a un precio más bajo cuando la demanda lo requería y que
también le permitieron ayudar a otros países cuando estos presentaron déficit
en su generación.
Calderón
dijo que este sistema ha permitido al país tener una constante comercialización
de energía, comprando a ciertas horas y vendiendo en otras.
"El
sistema ha tenido beneficios superiores a los costos y los agentes han sabido
usarlo de acuerdo a la disponibilidad. Ha sido exitoso para la región",
afirmó.
Para el
experto, el mercado regional aún tiene mucho potencial pues se analiza la
posibilidad de que otros países como Belice ingresen y todavía se trabaja en
una mayor interconexión con México y Colombia. (La Prensa
Gráfica – El Salvador)