La energética ha invertido 40 millones para combinar
la energía eólica y solar en un único emplazamiento
Iberdrola
ha finalizado la construcción en Castilla y León de la primera planta
fotovoltaica híbrida eólica y solar de España y ya está inmersa en los trabajos
del proceso de puesta en marcha.
La compañía
refuerza así su liderazgo innovador y renovable en la región con el desarrollo
en Burgos de esta tecnología que permite optimizar el uso de la red y minimizar
el impacto ambiental de los proyectos en los lugares donde están ubicados.
Esta
instalación fotovoltaica de 74 megavatios (MW) suma más de 120.000 módulos
fotovoltaicos y se ubica en los términos municipales burgaleses de Revilla
Vallejera, Villamedianilla y Vallejera para hibridar el complejo eólico
existente BaCa (Ballestas y Casetona) de 69 MW.
Su
construcción ha contado con un importante componente local, lo que ha
contribuido a la dinamización de la economía y el empleo en Castilla y León, según
destaca la compañía, que añade que su desarrollo ha involucrado a 360
profesionales.
La compañía
ha destinado más de 40 millones de euros a la ejecución de este proyecto que
combina la energía eólica y solar en un único emplazamiento. Así, Iberdrola
apostará por esta tecnología en los próximos años en España, con la que
pretende mejorar sus recursos renovables y aprovechar al máximo las
localizaciones ya existentes.
La
tecnología de Iberdrola
La
incorporación de módulos solares aumenta la aportación de energía limpia,
barata y competitiva al sistema eléctrico de estas instalaciones y garantiza
que suministran la cantidad máxima de energía verde autorizada originariamente
para cada proyecto, durante el mayor tiempo posible, asegura Iberdrola.
Al contar
con dos tecnologías capaces de alternarse, la eléctrica destaca que se reduce
significativamente la dependencia de las condiciones ambientales cambiantes y
las limitaciones por la posible falta de recursos como el viento o la incidencia
de sol, lo que facilita una producción renovable más estable y eficiente.
Las plantas
de generación híbridas utilizan el mismo punto de conexión a la red y comparten
infraestructuras, como la subestación y la línea de evacuación de la
electricidad producida.
Además, se
ubican en terrenos que ya estaban destinados a la generación renovable y
permiten contar con caminos e instalaciones comunes para la operación de ambas
tecnologías. “Todo ello redunda en un impacto ambiental mucho menor al que
hubieran tenido dos plantas independientes”, ha indicado Iberdrola. (El
Periódico de la Energía – España)